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¡Romped vuestro idilio con el césped y amad las ‘malas hierbas’!

28 agosto , 2022

Por ANA LLOVET

La historia de amor con el césped tiene que acabar. Tomemos nota ayuntamientos, paseantes, aquellas personas que tengan como objetivo poseer jardín y piscina propios… En países cada vez más secos como España las verdes praderas plantadas por el ser humano en las urbanizaciones y parques públicos deberían desaparecer. Cortemos con el césped, rompamos con un concepto de ‘zona verde’ que en realidad no es más que un jardín estático y sediento que complace a nuestra vista pero consume agua de manera insostenible y prácticamente no alberga vida animal. Es urgente. Una charla con el paisajista y botánico Ramón Gómez Fernández le convierte a una, directamente, en activista de las hierbas espontáneas.

Sin embargo, nos empeñamos en diseñar jardines urbanos con praderas de césped y seguimos delineando futuras nuevas zonas urbanas con este símbolo de riqueza, de estatus social y de control sobre el medio. Hagámonos amantes de otro tipo de jardín en el que las despreciadas hierbas espontáneas y especies adaptadas al medio tengan mayor protagonismo. Esa aún denominada por muchos como «maleza» puede ayudarnos en la lucha contra el cambio climático y a potenciar la tan necesaria biodiversidad a nuestras metrópolis.

Con Ramón Gómez Fernández enseguida comprendemos que proteger todas esas malas hierbas es protegernos a nosotros. Los paseos por la ciudad y por su periferia cambian al entender el valor de estas plantas y pasan a ser puro asombro ante la cantidad de verde que crece en cada resquicio que procura el asfalto. El ojo empieza a distinguir las distintas especies que surgen aquí y allá y admirará, complacido, el revoloteo de abejorros en plena polinización, de las ya escasas mariposas, de decenas de pájaros (por cierto, ¿qué pasó con las mágicas luciérnagas, que ya no se ven?).

Ya no se mira igual una cuneta, un descampado, un alcorque o un solar abandonado. En estos denostados «trozos de tierra baldía» se adivina vida. Y luego, en el paseo, se los comparará con las impolutas praderas de césped de cada mediana o rotonda de las urbanizaciones, de las bautizadas como «zonas verdes» por los consistorios, moteadas con algún que otro macizo ornamental de vistosas azucenas o rosas. Entonces comprobaremos que, junto a alguna que otra tímida ave, el animal que más disfruta de ellas en realidad son los canes, cuyos dueños les llevan precisamente a estos lugares a hacer sus necesidades. Apenas hay rastro de insectos polinizadores ni de reptiles. Son jardines postal, pero no nos acercan a la naturaleza.

El césped es lujo, da estatus. Qué importa que cada vez llueva menos y haga más calor. Pondremos aspersores, riego, para parecer un evolucionado país del norte. En pleno verano, en una ciudad como Madrid y alrededores, un metro cuadrado de césped necesita riego diario para que reciba una cantidad, según distintas fuentes, a partir de 10 litros de agua por jornada.

Las zonas verdes públicas de Madrid se riegan con agua regenerada a partir de las aguas residuales. Estas aguas son denominadas por los ayuntamientos que las utilizan para regar como «no potables», aunque tienen calidad suficiente para utilizarse para uso humano en caso de necesidad. Muchas comunidades de vecinos en urbanizaciones extraen agua de pozos del acuífero cuaternario de Madrid (aguas freáticas o subterráneas); pero muchos jardines particulares se riegan con el agua que llega a nuestras casas.

Somos, cada vez más, Mediterráneo, lo que quiere decir que seremos cada vez más Sáhara. Las encinas llegarán cerca de la costa de Galicia dentro de 50 años y desaparecerán los castaños. Y, sin embargo, preferimos seguir mirando a otro lado, sin querer admitir que el meteorito en forma de cambio climático ya nos está cayendo encima.

Se inauguran nuevas «zonas verdes» en la ciudad. Plaza de España, en Madrid, por ejemplo. ¿Y qué nos encontramos? Césped, olivos… Está previsto crear un nuevo barrio en la capital. Madrid Norte. ¿Y cuál será una de sus señas de identidad? Una gran pradera de césped. Se anuncia incluso un «bosque» que aparecerá, prometen, en breve tiempo tras una concienzuda labor de plantación una vez se cubran las vías de la estación de tren de Chamartín con hormigón. Crecen nuevos barrios en zonas pudientes del Oeste y el Norte de la capital. ¿Y qué nos encontramos? Una vez más impolutas praderas de césped con flores ornamentales.

¿Es la Plaza de España de Madrid una oportunidad perdida? Preguntamos textualmente a Gómez Fernández, quien refrenda: «Es una oportunidad perdida, hemos hecho más de lo mismo». ¿Y cuál sería la propuesta entonces? Gómez Fernández, que este pasado mes de junio ha publicado el libro Botánica cercana. Las hierbas comunes de los pueblos y las ciudades (Tundra Ediciones), aboga por un tipo de jardín que deje intuir el bosque que late debajo de las aceras y del asfalto.

«Si desapareciera el ser humano de una ciudad como Madrid y nadie interviniese, al cabo de unos 200 años habría un encinar». La propuesta de este experto sería haber creado en Plaza de España un jardín menos controlado, más ligado a los ciclos naturales, que hubiera actuado en el corazón de Madrid como «pequeño retal de bosque mediterráneo». Esto habría creado un corredor natural con la cercana Casa de Campo. Un conector con la naturaleza que podría atraer fauna, biodiversidad a las puertas de la Gran Vía.

Lo mismo podría hacerse, por ejemplo, con los estrechos bulevares en las avenidas de las ciudades, con los alcorques, que poco a poco empiezan a dejarse salvajes para que alrededor del árbol surjan las plantas que tengan que surgir. No lo debilitarán; al contrario, muchas de ellas enriquecerán el suelo, y en primavera darán flores que servirán de alimento a pájaros e insectos. Las «zonas verdes» de nuestras ciudades son, en efecto, verdes, pero no nos acercan la naturaleza. Hay más biodiversidad en un solar abandonado que en cualquier jardín esculpido a golpe de segadora, apunta Gómez Fernández.

Las hierbas espontáneas son pura resiliencia y rebeldía. Cada año surgen y crecen por mucho que nos empeñemos en arrancarlas y censurarlas. Ellas hacen posible la vida y preparan el camino a los arbustos que vendrán, a los árboles. Se habla mucho de éstos, de los árboles, y son maravillosos, sí, dan sombra, albergan nidos, son bellos…. Pero un bosque no son solo los árboles, sino el suelo y todo lo que crece en él, la hojarasca (que otoño tras otoño es tratada como basura por las ruidosas y contaminantes sopladoras) y los animales que habitan este suelo y que transforman las hojas en humus. Por eso, cuando se anuncia que una ciudad como Madrid tendrá un bosque metropolitano a su alrededor y crecerá un bosque sobre las vías de Chamartín, ¿estamos hablando de un bosque de verdad o en realidad de un gran parque?

Internacionalmente hay experiencias muy interesantes de cómo integrar la naturaleza en la ciudad, alterando mínimamente el entorno para favorecer el aprovechamiento de la lluvia, el crecimiento de plantas adaptadas (o autóctonas) o incluso no haciendo nada, es decir, dejando que la naturaleza sea la que se abra paso sin intervenir.

Ejemplo de lo primero son los «jardines de lluvia», en Tucson, Arizona (Estados Unidos). En estas áreas, el ser humano crea depresiones en el terreno y deja que nazca la flora autóctona. Están estratégicamente localizadas para capturar la escorrentía de superficies impermeables como techos y carreteras creando un vergel lleno de vida donde antes no había más que desierto.

Esta acción contrasta con Anhalter Bahnhof, en Berlín, una estación de tren abandonada hace 60 años en la que se decidió no intervenir y que se ha convertido en un oasis natural rico en especies en el corazón de una metrópolis urbana. Hay pastizales, abedules y vegetación herbácea. Este lugar se acabó convirtiendo en el parque público Natur-Park Südgelände. Contiene 366 especies diferentes de helechos y espermatófitos, 49 especies de hongos, 49 especies de aves, 14 especies de saltamontes y grillos, 57 de arañas y 95 de abejas, de las cuales más de 60 están en peligro de extinción.

Florecientes en primavera, las hierbas espontáneas mediterráneas tienen ciclos de vida cortos. En unas semanas se vuelven amarillas. ¿Pero acaso no son igualmente bellas? Siguen siendo reservorios de semillas para alimentar a la fauna. Sin embargo, preferimos segarlas. Eduquemos el ojo y enseñémosle que el amarillo también es bello. Observar el ciclo completo de estas plantas nos habla del ciclo de la vida, del nacimiento, la reproducción, la muerte y la resurrección la siguiente primavera.

La fiebre por segar es tal que los habitantes de las zonas residenciales de las ciudades contemplan y escuchan a las segadoras arramplar con las escasas florecillas que van surgiendo el césped. ¿Tanto daño hacen? «En una simple pradera pueden ocurrir cosas fascinantes, pero para ello atrevámonos a abandonarlas un poco», señala Gómez Fernández en su libro. «Olvidémonos de esos inmaculados céspedes de los que el paisajista frances Gilles Clemént declara con acierto: ‘No son más que un desierto biológico’».

En España empieza a haber avances. Algunos ayuntamientos señalizan zonas a las que denominan «islas de biodiversidad» en las que intentan no intervenir demasiado para favorecer la polinización y la proliferación de insectos, pero muchos pronto las siegan, en cuando amarillean.

¿Quieres comprobar el poder de las plantas espontáneas? ¿El poder la vida? Coloca una maceta en el alféizar de la ventana, en la terraza. Deja que le llueva lo poco o mucho que le tenga que llover y observa. Acabarán naciendo plantas, florecerán. Pronto atraerán abejorros, ya lo verás. Sus semillas volarán a otros pedacitos de tierra que encuentren en su vagar. El ciclo de la vida seguirá su curso a partir de tu maceta.

Y quién sabe si volverán las mágicas luciérnagas.

PÚBLICO
16 agosto 2022

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Manifiesto por una salida razonable a la crisis de la Covid

24 noviembre , 2021

16 noviembre 2021

La sociedad española siente en estos momentos un comprensible cansancio en todo lo relativo a la crisis de la Covid. La tensión se ha relajado considerablemente y no pocas personas quisieran pasar página y hablar de otras cuestiones después de 20 meses de monotema. Sin embargo, algunas de las medidas contra la Covid que se aplican en nuestro país o en otros de nuestro entorno (pasaportes sanitarios, vacunación indiscriminada, etc.) no tienen en estos momentos ni verdadera base científica ni justificación sanitaria alguna, pero atentan contra los derechos fundamentales de las personas y han abierto algunas tendencias muy peligrosas para el desarrollo democrático y ecológico de las sociedades contemporáneas.

Por otra parte, es probable que el invierno traiga una nueva subida de casos, como las que están experimentando ya otros países, por ello queremos reivindicar algunas líneas de acción que son todavía muy necesarias y han sido relegadas por las autoridades sanitarias españolas (quienes han centrado prácticamente toda su estrategia en torno a las vacunaciones y las medidas de distanciamiento social). Por ello, las personas abajo firmantes, profesionales de la salud, investigadores en el campo de la medicina y la biología, científicos de otros campos, filósofos, activistas, comunicadores y ciudadanos en general, preocupados por la salud pública, que es nuestra salud, declaramos lo siguiente:

1– Es preciso salir de los enfoques reduccionistas centrados únicamente en la vacunación.

Durante estos meses han sido numerosos los científicos y profesionales de innegable reputación que han planteado la necesidad de abordar la Covid a todos los niveles: profilaxis, tratamiento temprano, tratamiento hospitalario y vacunación. A pesar de la intachable lógica de este planteamiento, nuestros gobernantes, siguiendo recomendaciones de la OMS, apenas han prestado atención al tratamiento temprano. No resulta fácil comprender esta falta de atención, y menos teniendo en cuenta que este virus llegó en distintos momentos a saturar UCIs y hospitales y a desbordar la capacidad del sistema de salud pública.

En estos momentos, son miles los doctores de todo el mundo que comunican resultados no desdeñables en la atención temprana, e incluso en la profilaxis, con protocolos compuestos de medicamentos como la ivermectina, la fluvoxamina, la quercetina, el zinc, la hidroxicloroquina, la melatonina o la vitamina D. En países como México, India, Zimbabue, Madagascar y algunos estados de Perú y Argentina se han usado de forma amplia kits de tratamiento temprano que, según sus defensores, han tenido impactos muy positivos. Es oportuno destacar que la ivermectina y otros fármacos que se han usado en tratamiento temprano de la Covid son bastante económicos, pues están libres de patente, y sus efectos secundarios no son considerables o pueden ser manejados adecuadamente, por ser medicamentos muy utilizados desde hace tiempo.

Sin embargo, el gobierno español y la mayor parte de gobiernos europeos no han prestado atención a estas intervenciones farmacológicas precoces, en consonancia con las directrices de entidades como la OMS y la EMA, unas directrices que nos preguntamos si han podido ser condicionadas por el hecho de que la financiación de esos organismos depende en gran medida de empresas farmacéuticas y otras entidades privadas. Después de 19 meses de intensa investigación y numerosos ensayos clínicos con todo tipo de medicamentos, el tratamiento temprano de las personas enfermas de Covid se sigue limitando al confinamiento en el domicilio y el uso de analgésicos hasta que éstas se encuentran tan enfermas que deben ir a un hospital. En esa fase hospitalaria, según doctores con amplia experiencia en el tratamiento temprano, es mucho más complicado combatir la enfermedad y las posibilidades de curación son mucho menores.

Las organizaciones internacionales relacionadas con la salud, como la OMS, la EMA y la FDA, desaconsejan todos estos tratamientos tempranos con el único argumento de que no hay datos concluyentes sobre su utilidad. Esto contrasta con el hecho de que no se ha empleado la misma cautela con las vacunas, y es, como mínimo, negligente, ya que después de tantos meses de pandemia, ha habido tiempo más que suficiente para analizarlos en profundidad y obtener conclusiones sobre su efectividad.

Estas mismas instituciones internacionales, en cambio, aprobaron en marzo de 2020 el antiviral Remdesivir para el tratamiento del Covid (cuyo precio llegó a ascender a 2.000 euros por paciente) sobre la base de dos estudios clínicos controlados que solo encontraron signos muy modestos de su eficacia. En estas semanas varias empresas farmacéuticas están solicitando autorizaciones de emergencia para la aprobación de nuevos medicamentos sujetos a patente para el tratamiento temprano de la Covid. A pesar de que han recibido atención generosa en los medios, los ensayos que muestran su eficacia son muchos menos que los de otros tratamientos tempranos y su seguridad está muy lejos de tener las garantías de fármacos conocidos desde hace décadas. En cambio, el tratamiento temprano de ivermectina para la Covid sigue sin obtener la aprobación de estas agencias después de 30 estudios clínicos aleatorizados y controlados, de los cuales 27 arrojan resultados claramente positivos, a pesar de ser un medicamento con un perfil de seguridad excelente que fue aprobado para su uso contra la sarna con el respaldo de solo 10 estudios y en las mismas dosis propuestas ahora para la Covid.

Por otra parte, el sistema de salud pública apenas se ha reforzado desde el inicio de esta coyuntura. Más bien al contrario, se ha degradado tanto en la atención primaria como en la hospitalaria. Tampoco se han dedicado esfuerzos sustanciales a la investigación y aplicación de tratamientos tempranos, limitando la acción sanitaria a la vacunación, a la hospitalización de los casos graves, al uso de mascarillas y a las restricciones en movilidad y en el derecho de reunión.

2– Se están considerando las vacunas como una cuestión de salud colectiva sin que exista base científica para ello y se están administrando sin conocer los riesgos a medio y largo plazo ni tener en cuenta las particularidades individuales.

A pesar del alto porcentaje de personas que han sido vacunadas contra la COVID en nuestro país y en otros muchos, el descenso en los índices de contagios y hospitalizaciones no ha sido el esperado. Aunque la situación en España ha mejorado, los datos demuestran que las vacunas no han sido tan eficaces como algunos prometían y todos hubiéramos querido.

Para que las vacunas permitieran alcanzar la inmunidad de grupo deberían ser capaces de reducir significativamente la transmisión del virus. Si esta premisa no se cumple, la vacunación termina siendo una opción individual, respetable, pero sin repercusiones sociales. Esto hace que la urgencia por conseguir vacunar a toda la población o la imposición de pases Covid para acceder a espacios públicos se conviertan en medidas absurdas e, incluso, contraproducentes, porque crean una falsa sensación de seguridad.

En las últimas semanas han salido a la luz diversos datos que confirman que las vacunas contra la Covid no ofrecen, en estos momentos, prácticamente ninguna protección frente al contagio. Destacamos los siguientes:

• Inglaterra ha hecho oficial que, frente a la variante delta (mayoritaria en estos momentos en todo el mundo), no se está observando diferencia alguna en la transmisión del virus entre personas vacunadas y no vacunadas.

• Un estudio comparativo no encuentra ninguna correlación entre la ratio de vacunación en diferentes países y los casos de Covid.

• Se ha documentado la transmisión entre personas completamente vacunadas y cargas virales similares entre vacunadas y no vacunadas.

• Un estudio realizado en Vietnam llega a la conclusión de que las personas vacunadas pueden contagiar más que las no vacunadas porque soportan más carga viral sin desarrollar síntomas.

• Países como Singapur, Irlanda o Bélgica con más de un 70% de la población completamente vacunada, han sufrido nuevos brotes con la llegada del otoño.

• Los datos del último Informe sobre Vigilancia de las Vacunas de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido muestra que la ratio de contagios entre las personas con pauta de vacunación completa no solo no es menor sino que es mayor (el doble) que entre las no vacunadas.

• Estudios financiados por las propias empresas fabricantes reconocen que la protección de la vacuna frente a contagios se pierde en pocos meses.

Ante la gran cantidad de datos que demuestran que las vacunas no son capaces de disminuir la transmisión de la Covid, no tiene ningún sentido implantar «pasaportes de vacunación» que discriminan fuertemente a las personas que optan por no vacunarse por cualquier tipo de motivo, ya sea éste de salud, de conciencia o simples dudas acerca de la relación riesgo/beneficio.

Como han denunciado varios europarlamentarios de diversos países y distintos signos políticos el pasado 20 de octubre, este tipo de pases sanitarios socavan derechos humanos básicos y sólo se podrían justificar en circunstancias excepcionales y si estuvieran suficientemente respaldados por datos científicos inequívocos. Constituyen, de hecho, un verdadero apartheid de nuevo cuño que coacciona a la población para que acepte ser tratada con un medicamento experimental cuya eficacia, necesidad y seguridad son, por lo menos, dudosas. La libertad de circulación, empleo, salud, igualdad, libre asociación, educación y libre expresión de pensamiento están siendo gravemente violadas sin motivo y, en algunos países europeos, las protestas pacíficas contra estas medidas inauditas y sin fundamento sanitario están siendo reprimidas violentamente.

Por otra parte, es preciso tener en cuenta que las actuales vacunas han demostrado tener un número de efectos adversos mucho mayor de lo habitual. Algunas fuentes estiman que los sistemas de vigilancia de Eudra Vigilance y Open Vaers han registrado más de 40.000 muertes relacionadas con la vacunación entre EEUU y la UE, lo que está causando que algunos países estén limitando su uso en jóvenes.

Ante este elevado número de efectos adversos detectados en el corto plazo, las instituciones sanitarias competentes deberían ofrecer datos detallados, tanto de los casos y muertes por Covid por edades y estado de vacunación como de todos los efectos adversos que se están produciendo por las vacunaciones. De esa forma, se podría hacer una evaluación de las ratios riesgo/beneficio por edad y los facultativos podrían optar por desaconsejar la vacunación en personas que apenas corren riesgos ante la enfermedad como los niños y jóvenes. Estos datos no se están difundiendo ni tampoco se está pidiendo el necesario consentimiento informado a las personas que se vacunan.

La industria farmacéutica, por otra parte, está promoviendo nuevas campañas de vacunación, supuestamente para suplir la pérdida de eficacia de las dosis anteriores, pero nuestras autoridades sanitarias deberían plantearse exigir a estas compañías un producto de mayor seguridad y mejor efectividad antes de seguir invirtiendo enormes cantidades de dinero público en sucesivas campañas masivas de vacunación, sobre todo si existen evidencias más que suficientes de tratamientos eficaces que pueden ayudar a gestionar de forma mucho más económica y segura esta crisis sanitaria.

No podemos ignorar que este exclusivismo en la estrategia frente a la COVID ha permitido a las grandes industrias farmacéuticas firmar unos contratos multimillonarios por la venta de sus vacunas, disparando sus beneficios de un modo desorbitado. Dichos contratos, además, eximen a los suministradores de toda responsabilidad por sus posibles daños o efectos adversos. Hay que recordar que la Agencia Europea del Medicamento sigue dando a estos tratamientos solo una «autorización comercial condicional» y no una plena autorización, puesto que están todavía en fase experimental y, de hecho, no encajan dentro de la definición clásica de vacunas.

Por contra, tratamientos tempranos con excelentes perfiles de seguridad y aprobados para uso humano desde hace décadas, siguen esperando su aprobación. Ni siquiera se contemplan medidas de profilaxis tan sencillas como hacer un seguimiento de los niveles de vitamina D, a pesar de que varios estudios confirman la relación entre los niveles bajos de esta vitamina y los casos más graves de Covid.

En vista de todo ello reclamamos al Gobierno español y a las instituciones sanitarias de las Comunidades Autónomas:

1. La inclusión de los tratamientos tempranos en la estrategia para afrontar la Covid, especialmente todos aquellos basados en fármacos de reducido coste que han sido usados exitosamente en otros países. Reclamamos, también, atención y apoyo al desarrollo de otras posibles vacunas independientes de las grandes industrias farmacéuticas, de las que ya hay proyectos en nuestro país.

2. Solicitamos que no se contemple la vacunación infantil, dado que en menores de edad la incidencia de la infección es muy reducida y los efectos adversos de la vacunación son más habituales y graves y llegan a ser más los riesgos que los beneficios. Solicitamos también la moratoria en la vacunación de otros colectivos más susceptibles a los efectos adversos, como las mujeres embarazadas. Exigimos que se aplique el principio de consentimiento informado en todas las vacunaciones.

3. Los intentos de establecer algún tipo de «pasaporte Covid» y la discriminación de las personas no vacunadas en todo tipo de espacios y servicios públicos deben ser desestimados, tanto por el escaso éxito que las vacunas están teniendo en la prevención de la infección, como por el hecho de que violan libertades esenciales que toda democracia debería garantizar y proteger. Consideramos que no existe justificación alguna para la actual presión institucional y mediática para vacunar a toda la población y que la segregación de las personas no vacunadas es contraproducente (por crear una falsa sensación de protección) y profundamente antidemocrática.

4. No nos parece lógico seguir destinando el grueso del gasto público en salud a nuevas compras de vacunas ni de otros tratamientos caros y poco probados mientras no se estudien otras posibilidades de tratamiento con fármacos de menor coste y de probada seguridad.

5. Reclamamos el libre acceso público a los textos íntegros de los contratos ya establecidos con las multinacionales farmacéuticas. En cuestiones tan importantes para la vida de todos, el secretismo y la opacidad no son de recibo.

6. Exigimos un mayor esfuerzo de inversión en el sistema de salud pública, tanto en medios materiales como en personal. Debe garantizarse, con las oportunas medidas de seguridad, la atención presencial del médico al paciente en todos los casos. Hay que acabar ya con los múltiples efectos negativos que esta falta de atención está provocando.

7. Reclamamos, en cuanto sea posible, la eliminación de las medidas de control restrictivas de la movilidad y de las relaciones interpersonales, por los daños sociales, económicos, psicológicos y sobre la salud que comportan.

Por otra parte, queremos dirigirnos, también, a los medios de comunicación.

Hemos observado con gran preocupación la escasa presencia en las grandes instituciones periodísticas de espacios que den voz a todos los actores relevantes, y de debates constructivos sobre esta crisis sanitaria. Existe una preocupante homogeneidad en los contenidos que se publican y una ausencia casi total de voces críticas. Toda objeción a cualquier mínimo aspecto de las vacunaciones es calificada de «negacionista», cuando no de «conspiranoica» o «ultraderechista» y se propicia un clima de segregación y culpabilización injustificado hacia quienes no son partidarios de vacunarse. Vemos que numerosas figuras relevantes de la medicina de otros países que han sido críticas con el discurso oficial han estado ausentes completamente de los medios españoles y la información que se ha ofrecido ha ignorado los resultados de numerosos estudios científicos.

Pedimos, por tanto, a los medios de comunicación, una posición más imparcial y respetuosa con su propia deontología en estos temas. Existen numerosas voces que, desde la ciencia y la experiencia clínica, están ofreciendo críticas muy valiosas que no están llegando a la sociedad. Instamos a los medios de comunicación a que acudan directamente a las fuentes de la información científica y a los profesionales que trabajan sobre el terreno y no se queden únicamente con las versiones de las instituciones oficiales o las empresas farmacéuticas. Pedimos también al conjunto de la sociedad el cese de la discriminación de los disidentes y del encasillamiento de toda opinión crítica en esos estrechos estereotipos en los que se ha visto metida durante estos meses.

Con todo esto queremos defender el derecho de toda la ciudadanía a los mejores tratamientos disponibles para hacer frente a la enfermedad de la Covid. Tenemos derecho a todos los tratamientos eficaces y a los mejores frutos de la investigación científica, independientemente de los intereses económicos que se vean involucrados. Queremos, asimismo, reivindicar las libertades de opinión, de expresión y de autonomía sobre la salud propia, y que dejen de utilizarse medidas coercitivas que no tienen justificación alguna como medidas sanitarias con la excusa de que sirven para defender la salud pública.

Por ello, animamos a todas las mentes libres, y muy especialmente a quienes están comprometidos en la promoción de la salud, en la defensa de los derechos humanos y de la democracia, a adherirse a este manifiesto.

Siguen centenares de firmas

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Recuperación de ‘La Colada del Roble’

2 May , 2021
La Colada del Roble, antigua vía pecuaria quintanillera por la que subían por las cuestasdesde el fondo del valle hasta el páramo— los rebaños del pueblo; entonces ganado y bosque no estaban reñidos.

El proyecto de Recuperación del espacio natural y tradicional vía pecuaria de ‘La Colada del Roble’ con reforestación de especies autóctonas y otras actuaciones complementarias, presentado por el Ayuntamiento de Quintanilla de Onésimo (Abajo) en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13 Acción por el Clima, que promueve la adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, dirigido a jóvenes de 16 a 35 años en el ámbito local, ha sido uno de los 13 seleccionados en todo el país para desarrollar por entidades locales de población entre 1.001 y 5.000 habitantes, en la convocatoria de ayudas en materia de juventud promovidas por Entidades Locales durante 2020-2021 de la #FEMP e #INJUVE.

En este proyecto, contaremos con la colaboración de la Asociación Juvenil de nuestro pueblo «La Quinta Joven» y de GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat).

Por ello, animamos a toda la población de Quintanilla en general, y a los y las jóvenes en particular, a participar en todas las actuaciones que se llevarán a cabo en el espacio natural y tradicional de ‘La Colada del Roble’ de nuestra localidad, que se iniciarán el próximo viernes 7 de mayo:

• 7 de mayo a las 17.00h (salida desde la Plaza del Bailadero): Reforestación con especies autóctonas (quejigo -roble autóctono-, encina y coscoja) y plantas aromáticas autóctonas
• 4 de julio: Instalación de refugios/cajas nido para cernícalo común, mochuelo y lechuza, y charla sobre «La Fauna Aliada del Mundo Rural», ambas actividades en colaboración con GREFA
• 11 de julio: Construcción e instalación de hoteles de insectos y equipamiento de minizonas de observación de aves
• 18 de julio: Jornada de observación de aves de nuestro entorno (milanos, cernícalos, mochuelos, lechuzas, …)

AYUNTAMIENTO DE QUINTANILLA

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DESDE EL CONFINAMIENTO, 32 (AMOR Y RABIA)

27 febrero , 2021

Para conmemorar el aniversario de la muerte de Kropotkin hace 100 años presentamos aquí una recopilación de textos sobre su vida y su contribución a la ciencia, centrada en recordar la importancia del apoyo mutuo como factor de la evolucion. A diferencia de muchos otros teóricos, el paso del tiempo ha dado la razón a Kropotkin, que tuvo que hacer frente en su tiempo a los defensores del llamado darwinismo social, una mala interpretación de las ideas de Darwin destinada a justificar la explotación y la distribución injusta de las riquezas.

Para callar la boca a quienes defendían la ley del más fuerte, Kropotkin reunió multitud de ejemplos para demostrar la importancia del apoyo mutuo en la naturaleza. Desde entonces la ciencia no ha parado de demostrar lo extendido que está el apoyo mutuo, como se ha comprobado últimamente entre los árboles.

Los textos que incluímos en este numero son los siguientes:
-La Naturaleza como principio moral, por Pablo G.C.
-Tomando a Piotr Kropotkin en serio, por Álvaro Girón
-Kropotkin (1842-1921): «Ley del apoyo mutuo», por Richard Milner
-La Biopolítica en Kropotkin, por Eduard Tarnawski
-Kropotkin y Tolstoi, por George Wooddcock e Ivan Avakumovic
-El funeral de Kropotkin, por Krates
-El entierro de Kropotkin, por Anatol Gorelik

FUENTE: https://revistaamoryrabia.blogspot.com/2021/02/desde-el-confinamiento-n32.html

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Revista AMOR Y RABIA, 75

29 agosto , 2020

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Kropotkin y el apoyo mutuo: la naturaleza no es un campo de batalla

Kropotkin, uno de los pensadores más importantes del movimiento anarquista, fue también un reconocido científico. Una de sus obras más importantes es El apoyo mutuo, en la que salió al paso de los ideólogos del capitalismo y sus ecos en el mundo científico que estaban utilizando a Darwin como instrumento para justificar la opresión del hombre por el hombre. En este número de la revista Amor y Rabia recopilamos una serie de artículos para recordar esa polémica, que sigue siendo actual, así como las ideas de Kropotkin.

CONTENIDO DEL NÚMERO:

¡Kropotkin tenía razón!, por El Aullido
Que vuelva Kropotkin, por Julián Sorel
Kropotkin frente al Darwinismo, por George Woodcok e Iván Avakumovic
Cooperación o mutua ayuda: Una idea no reconocida, por Ashley Montagu
Kropotkin no era ningún chiflado, por Stephen Jay Gould
Principio de Kropotkin, por Carlos de Castro Carranza
Darwinismo social, por Richard Milner
Un viejo anarquista en el Congreso Eugénico de Londres, por Álvaro Girón Sierra
Algunos textos de Kropotkin:
La doctrina de Malthus
La «ley del más fuerte» no es una ley natural
La selección natural como auxiliar de la acción directa del medio
¿Moral animal?
Piotr Kropotkin: recuerdos y críticas de uno de sus amigos, por Errico Malatesta

Fuente para poder descargarlo:
https://revistaamoryrabia.blogspot.com/2020/08/revista-amor-y-rabia-n75-kropotkin-y-el.html